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Evitar el sentimiento de culpa, ¿es posible?

septiembre 12, 2024
evitar el sentimiento de culpa es posible

El sentimiento de culpa aparece cuando se produce un choque entre el modelo ideal de conducta interiorizado y lo que se hace en realidad. Se define como una vivencia interna que se produce ante la creencia de haber infringido un principio ético o norma social. Este sentimiento es, sin duda, uno de los muchos que nos van a aflorar al momento de ingresar a personas de la tercera edad en una residencia.

Esta culpa por el ingreso irá decreciendo gradualmente con el paso de los años. Sin embargo, las familias o personas que los cuidan a menudo sienten que llevar a la persona a una residencia es una traición.

Índice de contenidos

Motivos por los que aparece el sentimiento de culpa

  • Romper una promesa. En ocasiones, algunos familiares o cuidadores se comprometen al cuidado del familiar y posteriormente se ven obligados a la ruptura de dicha promesa.
  • Comparación entre cuidadores. Hablar con otros cuidadores puede ayudar. 
  • Sucesos pasados. En varias ocasiones, los sentimientos afloran tras el ingreso o la pérdida del familiar si estos tienen que ver con la historia previa o la relación entre quién lo cuida y la persona cuidada.
  • Metas demasiado altas. Se debe ser consciente que no existe el cuidador perfecto. No se puede pensar que es posible atender a todas las demandas y resolver todas las necesidades.
  • Dedicar tiempo a uno mismo. Se debe recordar que este aspecto es esencial para el bienestar emocional.
  • Diferencias entre hermanos: si la decisión del ingreso es consensuada entre todos los familiares salvo por una persona, está tenderá a sentir más culpa ya que, pese a aceptar la decisión del resto, aún permanece su rechazo y recelo.

¿Cómo sentimos estos sentimientos?

Es posible llegar a sentir diferentes síntomas que indican que este sentimiento no se está llevando de forma adecuada:

  • Físicos: dolor de estómago, opresión en el pecho y dolor generalizado.
  • Emocionales: nerviosismo, desasosiego, agresividad, etc.
  • Cognitivos: reproches y acusaciones a uno mismo.

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Cambio de roles de los familiares

Esto quiere decir que ahora quien te cuidaba compra padre va a pasar a ser tu responsabilidad. Es decir, ahora como hijo debes cuidar al familiar que, como antes tú, te necesita. Este cambio de roles no solo intensifica los sentimientos de impotencia de las personas mayores, sino también la propia confusión y culpa. 

Poner a una persona mayor en un nuevo entorno puede ser una experiencia incómoda e incluso angustiante. De repente, mientras está en su punto más vulnerable, se le pide hacer nuevos amigos, confiar en sus nuevos cuidadores profesionales, que se adapten a nuevos horarios y a nuevos entornos. Estas demandas los pueden desafiar enormemente, mientras que sus familiares, empujados a tomar el nuevo rol, solo pueden esperar que saquen lo mejor de la nueva situación.

Beneficios de las residencias

Socializar

En una residencia las personas mayores suelen relacionarse entre ellos, crean amistades, salen juntos a pasear, juegan a juegos de mesa, e incluso se visitan dentro de las habitaciones.

Los especialistas afirman que las personas con más de 85 años que presentan dificultades al caminar o al vestirse no salen tanto a la calle, provocando una reclusión perjudicial para la salud mental.

Estimulación

La estancia en una residencia estimula la mente  con actividades y talleres programados por los psicólogos o educadores sociales del centro.

Actividades como, aprender los nombres del resto de personas o caminar a otras plantas, practicar gimnasia suave o caminar por los jardines de la residencia, son actividades diarias que les ayudan a mantenerse mental y físicamente activos.

residencia

Dieta equilibrada

Las personas mayores con demencia o pérdida de memoria empiezan a tener problemas para cocinar en casa y acaban alimentándose de forma incorrecta. En la residencia se consigue que establezcan una dieta sana y equilibrada, observándose grandes mejoras en su aspecto físico y anímico gracias al aporte correcto de los nutrientes.

Control 24/7

En la actualidad, las personas mayores representan cerca del 42% de las altas hospitalarias en España, un dato que se ha venido reduciendo cuando las personas mayores viven en una residencia al estar controladas todo el día por un equipo médico permanente.

Por otra parte, los olvidos de las personas mayores sobre la toma de la medicación o las sobredosis de medicación no se dan en una residencia. Los medicamentos se mantienen en la farmacia del centro y enfermería que se encarga de repartirlos a las horas convenidas. Manteniendo un control exhaustivo las 24 horas del día en la toma de medicación y en definitiva, obteniendo una mejoría en su calidad de vida.

Adaptación a la residencia

Cuando se envejece, a las personas mayores les cuesta cada vez más adaptarse a lo nuevo. Dejar su casa para irse a vivir a una residencia es un cambio difícil, ya que para la persona mayor su casa y sus objetos personales son parte de su propia existencia y de sus recuerdos.

En el proceso de adaptación a la residencia no solo es clave la actitud de la persona mayor hacia el cambio, sino también el papel de su familia y de los profesionales.

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