Cuando llega ese momento en el que toca elegir un centro de mayores hay que tener en cuenta todos los factores que inciden con el fin de obtener los mayores beneficios en cuanto a: calidad, atención y coste, en virtud de las múltiples alternativas que actualmente hay.
Antes de comenzar la búsqueda, es recomendable asesorarse en los servicios aledaños en la localidad y mirar las plazas que hay en las distintas residencias y los tipos, además de verificar si cumplen con la normativa vigente. Para ello, te proporcionamos algunos consejos a tener en cuenta para que hagas la elección perfecta y adecuada.
Índice de contenidos
¿Qué tipos de residencias hay?
En la actualidad, hay tres tipos de residencias para mayores las cuales pueden ser públicas, privadas o concertadas. Cada una de ellas brindan diferentes formas de atención y servicios, adaptándose a las necesidades concretas de las personas, así como de su presupuesto. Los tipos de residencias son:
Públicas
Estas residencias son administradas y sustentadas por los organismos públicos competentes de los que dependen, esto es, las Comunidades Autónomas o a los Ayuntamientos. Para el ingreso a este tipo de residencias, siempre que haya plaza disponible, se debe cumplir con los requisitos establecidos por la institución previa solicitud al servicio social. Consulta aquí estos requisitos.
Dado lo limitado de las plazas, se le da siempre prioridad a los ancianos que se encuentren en mayor estado de vulnerabilidad, bien sea por salud, situación económica o familiar.
Privadas
Este tipo de residencias son gestionadas por empresas privadas. No obstante, deben operar con los permisos y autorizaciones correspondientes otorgados por los Organismos Públicos. Para el ingreso a un centro privado solo se necesita pagar el coste conforme a los servicios, atención e infraestructura que se desee.
Concertadas
Las residencias concertadas se encuentran gestionadas por las empresas privadas; sin embargo, la administración pública tiene reservada un número de plazas con el fin de cubrir las demandas, esto en cuanto la forma de admisión y costes son similares a los de las residencias públicas.
En estas residencias el pago de la estancia corresponde por una parte a la administración pública y, por otro lado, al residente que devenga una pensión.
¿Cómo elegir la que se adapta a tus necesidades?
Elegir la residencia que se adapte a las necesidades del anciano proporcionará un gran beneficio. Por una parte, el coste será solo para cubrir los servicios y atenciones que realmente se quieren, pero además hará que la estancia del adulto en el centro sea una experiencia agradable, proporcionándole paz y tranquilidad incluso a los miembros de la familia.
En ese sentido es prudente considerar lo siguiente:
- Ten en cuenta el estado mental, físico, familiar y entorno social del mayor, y verificar si el centro tiene personal cualificado para atender cualquier circunstancia que se pueda presentar ante las necesidades del residente.
- Seguridad y fácil acceso en las instalaciones para realizar las visitas y transportes del adulto mayor que se necesiten.
- Flexibilidad en los horarios de visitas.
- Accesibilidad y seguridad en los distintos espacios de la residencia donde se encontrará el mayor, con el fin de garantizar su comodidad e independencia sin temor a que sufra algún percance por no tener en cuenta este factor que, en su mayoría, depende de la condición del residente.
- Habitaciones y baños acondicionados con suficiente luminosidad y la climatización, conforme a las necesidades del adulto mayor.
- Actividades recreativas y demás programas de terapia ocupacional.
14 consejos para elegir residencia
Para que sea más fácil ubicar la residencia que se adapte a tus necesidades, en este post queremos proporcionarte algunos consejos que te serán de gran utilidad:
- Acércate a distintos centros para mayores y evalúa aquellos que mejor beneficio te ofrecen para satisfacer las necesidades del adulto mayor. Además, puedes considerar su estancia parcial, temporal o permanente.
- La cercanía del centro del entorno social bien del residente o de los familiares, permiten mantener contacto con mayor frecuencia y fluidez.
- Verifica que los servicios que necesita el adulto sean ofrecidos en el centro, esto hará su estancia más segura ya que contará con la atención personalizada según la patología o cuadro clínico que presente (sea por demencia, dependencia, discapacidad, entre otros).
- Espacios compartidos y habitaciones: la privacidad tiene un papel fundamental, ya que ayudará en el proceso de adaptación del adulto mayor.
- Recuerda que las hay de 3 tipos, esto es: públicas, privadas y concertadas.
- Compara precios en las residencias privadas y constata los servicios que brindan.
- Flexibilidad en los horarios de visita.
- Hay centros que cuentan con algunos espacios donde los residentes pueden practicar y profesar su fe, ello también harán de su estancia más amena.
- Acceso a medios de transporte público, ello facilitará cualquier eventualidad que pueda surgir de improviso, pero además permitirá que las personas del entorno del residente puedan visitarlo con mayor frecuencia.
- Que cuente con un servicio de cocina particular, independientemente de las comidas que puedan realizarse en el centro, para aquellos mayores que no tienen dependencia, siempre querrán continuar haciendo las actividades que más les gusta entre ellas atender a sus visitantes y siendo anfitriones.
- Espacios comunes amplios que propendan al esparcimiento y recreación de los adultos mayores.
- Armonía en el entorno y buenas relaciones personales, este tipo de clima se aprecia cuando se visita un centro, puede mirarse el respeto, la amabilidad y empatía que hay entre el personal y los residentes.
- Cualquier otro elemento que sirva para el confort y bienestar del adulto en el centro, tales como muebles o ayudas técnicas.
- Importante también que el centro cuente con un equipo de profesionales en distintas disciplinas para atender cualquier eventualidad de las que se pudiera suscitar durante la permanencia del adulto mayor en la residencia.
Proceso de adaptación a la residencia
Todo cambio conlleva un proceso de adaptación, y en los casos de los adultos mayores no es distinto. Estas etapas por las que transita el familiar y la persona que será residenciada pueden distinguirse de la siguiente manera:
- Preingreso: un contacto previo entre los miembros de la familia, el mayor y el personal del centro, hará más sencillo el proceso de adaptación por la familiaridad y primera impresión que se pueda tener del lugar.
- Ingreso: en esta fase siempre es recomendable que el familiar más cercano acompañe conjuntamente con el profesional que se hará cargo del adulto mayor desde la llegada al centro, hasta el momento en que se instale con sus pertenencias.
- Adaptación e integración: suele durar unos meses. En esta fase el adulto comienza a relacionarse con los demás residentes y a compartir los espacios comunes. Igualmente, se inicia la empatía con el personal que trabaja en el centro hasta que llega un punto donde se siente cómodo al realizar nuevas amistades.
Es importante tener en cuenta que estos procesos serán mucho más fáciles si la decisión también ha sido del anciano, y no es algo impuesto.