En ocasiones, antes de convencer a los padres para que se muden a una residencia, tienen que convencerse así mismo los hijos, ya que culturalmente se piensa que es una deshonra, abandono o no querer hacerse cargo de la persona.
Y esto ocurre por la desinformación que se tiene sobre las necesidades de los adultos que, conforme pasa el tiempo, necesitan de cuidados y atenciones específicas, que no necesariamente se las tienen que proporcionar los hijos, porque las circunstancias no son las mismas.
Otro elemento a tener en cuenta son los problemas de salud, disminución de la vitalidad e incluso la soledad en la que se encuentran las personas de la tercera edad, haciéndose cada vez más dependientes.
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Pasos para convencer a tus mayores para ir a una residencia
Una vez tomada la decisión, es recomendable seguir los siguientes pasos para convencer a tus mayores en que irse a una residencia mejorará sus condiciones. Los pasos a seguir son:
1.- Identificar el momento adecuado y perfecto para conversar con los padres. Para ello, es importante tener en cuenta:
- Problemas de salud que presente, tales como: diabetes, presión arterial, dolencias físicas, traumatismos por caídas o accidentes, que necesitan la asistencia de un personal cualificado para su mejoría.
- Padecimiento de algún trastorno mental producto de la edad como el Alzheimer, entre otros.
- Dependencia total o parcial para realizarse el aseo personal, vestirse, movilizarse y alimentarse.
2.- Evaluar otras opciones, tales como atención médica en casa y si no es posible, visitar previamente los centros o residencias a los que quisieran ingresar a tus mayores.
3.- Proceder a conversar de manera progresiva, con amor, con paciencia y con respeto. Siempre será importante indicar las ventajas y beneficios que significan para tu padre o madre su ingreso a una residencia. No obstante, debes tener en cuenta su opinión, su deseo, evaluar las opciones en conjunto, y escucharle especialmente.
4.- Cuéntale todo lo que has considerado previamente antes de decidir que su ingreso a una residencia es la mejor opción. Explica todas las actividades que puede realizar, la atención y, sin duda, el calor y el amor de la familia y amigos nuevos que hará.
6.- De ser posible, permítete la opción de elegir la residencia a la que puede mudarse, ofrécele opciones, ya que lo más importante es que se sienta a gusto. Sin embargo, pese a que ellos puedan elegir, siempre hay que tener en cuenta algunos consejos para elegir residencia.
Convivir con el sentimiento de culpa
Tal y como ya te comentamos, nuestra cultura nos ha llevado a pensar que ingresar en un centro o residencias a nuestros padres es sinónimo de no ser un buen hijo, de allí que el sentimiento de culpa aparezca ante la decisión debidamente evaluada y meditada.
Para ello, más que convivir con el sentimiento de culpa, es necesario comprender que le estarás proporcionando una mejor calidad de vida a tus mayores. Motívate a participar en las distintas actividades que ofrece el centro; también te ayudará a evitar el sentimiento de culpa el conocer mejor a las personas que ahora cuidarán de tus padres mayores.
Mudarse a una residencia no es abandonar
Ten presente que el que tus padres se hayan mudado a una residencia no es sinónimo de abandono, todo lo contrario, es precisamente brindarles la posibilidad de atención de primera, además de la compañía de otras personas que hacen vida en el centro.
Esto, sin lugar a dudas, es un cambio de vida para ambos, pero considéralo como que ahora vive en un lugar distinto al que puedes ir a visitarle sabiendo que va a estar cuidado siempre y en el que tendrá nuevos amigos.